Tomás: Si en este país hubiese una garantía del valor del teatro como servicio público, como en otros países europeos, tú y todos los miembros de Puntos Suspensivos no estarías estudiando Derecho, Publicidad, ni ninguna otra carrera, no. Estudiaríais en la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla. Pero, con las perspectivas con las que en nuestro país cuenta el teatro parece demasiado arriesgado. Lo comprendo, aunque todos sabemos que es a este antiguo arte al que le dedicaríamos todas nuestras energías, nuestro estudio y nuestra plena dedicación.
Cuando voy a Francia y veo cómo grupos de niños vienen de París con beca hasta Avignon y en el el Parque de la Libertad ensayan con sus profesoras, os recuerdo tanto... Me quedo a observar los ensayos, hablo con ellos y con sus profesoras y comprendo que no investigan en nada en lo que nosotros no hayamos trabajado. Pero no tuvimos más apoyo que el de algunos profesores y el de vuestros compañeros de colegio que os aplaudían a rabiar, desde los alumnos de cuatro años, sentados en sus pequeñas alfombras, que ellos mismos traían de sus clases, hasta los de octavo, que de pié, se situaban en la pared de fondo de aquel gimnasio que nosotros convertíamos en un Lope de Vega con los telones que una editorial tuvo la gentileza de regalarnos.
Yo deseo, al menos, que os haya quedado el amor a las artes y a las ciencias que quise transmitiros, y que desarrollaras la creatividad suficientemente para que ahora seas un buen publicista. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
1 comentario:
Muchas gracias por esta carta abierta. Sin duda el amor al arte y a las ciencias te lo debembos a ti.
De puertas para adentro siempre podremos dedicarnos a lo que queramos, lo que no proporcione mayor placer.
Fuera está la vida (que es puro teatro).
Un abrazo fuerte,
Tomas Jimenez.
Publicar un comentario